La Guerra Civil supuso para la iglesia católica la profanación constante de todos sus bienes. Muchas de las tallas de nuestra Semana Santa fueron destruidas, y las que sobrevivieron sufriendo algún que otro daño o fueron escondidas en lugares tan recónditos como secretos.
La Cofradía de Nuestro Padre Jesús llevó sus imágenes al improvisado almacén del Tesoro Artístico situado en las dependencias del Convento de las Bernardas. Previamente, El Abuelo fue escondido en el campanario de la iglesia de la Merced sirviendo de escudo Simón de Cirene. A su madre, María Santísima de los Dolores, se les perdió las manos, realizándose, por obra de Ramón Mateu, unas nuevas.
Sin duda la congregación más castigada fue la de la Vera-Cruz al desaparecer todas sus imágenes salvo Pilatos, los judíos y la Oración en el Huerto y el Ángel. Éstas fueron enviadas al frente republicano de Porcuna para que fueran utilizadas como combustible para las comidas. Debido a que las tallas se diseñaron con productos químicos, la comida se intoxicó, provocando diarreas y vómitos en todo aquel que probara esos alimentos.
En los años cuarenta la cofradía se refunda, de momento por última vez, nombrando también como Hermano Mayor de María Santísima de los Dolores a la Benemérita de la Guardia Civil de España.
En aquella época, el régimen franquista construyó un nuevo cuartel en la Avenida del Ejército Español. Este cambio provocó dificultades a la hora de escolarizar a los hijos de los guardias, cosa que se solucionó cuando la congregación, como obra social, ayudó a éstos creando en marzo de 1868, bajo orden ministerial, el Patronato de la Santa Vera-Cruz, el germen de lo que hoy se conoce como Colegio Monseñor Miguel Castillejo.
Dentro del recinto del cuartel se imparte primitivamente dos unidades de enseñanza, una de niños dirigida por Don Manuel Utrera, y otra de niñas con Doña Antonia Salazar al frente. Con las dos aulas y la vivienda de los profesores, en 1971 ésta se amplía a cinco unidades, tres de niños y dos de niñas.
En 1975, el centro pasa a ser Centro Concertado de Educación General Básica con ocho unidades concertadas, una del Patronato y dos de Preescolar dependientes de la delegación. Debido a la baja demanda de estudiantes, se amplió la escolarización a otros grupos sociales. En abril de 1999, en el barrio del bulevar, se colocó la primera piedra de un centro educativo que aún perdura.
Con motivo del 450 aniversario de la cofradía, se celebraron una serie de actos para conmemorar esta efeméride. El más importante sucedió en la madrugada del año 1992, cuando Nuestro Padre Jesús, a la altura de la Basílica Menor de San Ildefonso, se reencontró con él mismo pero ya muerto en la cruz. Desde el viejo arrabal de San Ildefonso hasta la Plaza de San Francisco, ambas imágenes caminaron juntas por el itinerario tradicional de la Cofradía de El Abuelo. Tras su respectiva despedida en la parte alta de la calle Bernabé Soriano, ambas tallas continuaron su camino de recogida hacia sus respectivas sedes canónicas.
En el año 2007, después de que años antes Jesús Orando en el Huerto pasara a formar parte de la nómina de procesiones del Domingo de Ramos, llegó a nuestra ciudad la bellísima talla de María Santísima de los Desamparados. También con motivo de su 475 aniversario, el 21 de mayo de 2016 se celebra un breve traslado de las imágenes titulares a la Santa Iglesia Catedral para celebrar una solemne misa que conmemorara esta reivindicativa fecha, tan importante a su vez para la primitiva cofradía de pasión de la capital del Santo Reino.
La Cofradía de la Borriquilla, en cambio, desapareció por completo durante el conflicto bélico al igual que su imagen titular al inicio del mismo. Ya en los años cuarenta un grupo de personas amantes de la cofradía decidieron, con el apoyo del Frente de Juventudes y del sector educativo, fundar una nueva hermandad que representara el pasaje bíblico de la Entrada de Jesús en Jerusalén. Su primer desfile se realizó en la tarde del Domingo de Ramos de 1950.
El rumbo de la cofradía, para bien, cambió en 1965 cuando decidió desligarse de todas las organizaciones civiles afines al régimen franquista, no queriendo seguir formando parte de esa España negra que tantas víctimas provocó apoyando así el nuevo tiempo de libertades que se avecinaba.
Su primera talla era de cartón piedra y estuvo ligada a la cofradía hasta 1961. Después, Jacinto Higueras Cátedra realizó la imagen que procesionaría hasta el año 2002, fecha en la que se le encarga a Don Antonio Joaquín Dubé de Luque la talla actual. Once años antes, en 1991, también gracias al mismo escultor, podemos disfrutar de María Santísima de la Paz por las calles de nuestra ciudad.
La hermandad de la Clemencia se ve obligada a refundarse en 1945 con unos nuevos estatutos que la respaldaba. Un año más tarde se celebró su primera salida procesional participando como dolorosa Nuestra Señora de la Piedad. Posteriormente se incorporaría al cortejo la actual talla de Nuestro Padre Jesús de la Caída y María Santísima del Mayor Dolor.
Entre 1960 y 1978 se mudaron temporalmente a la iglesia del antiguo Hospital de San Juan de Dios debido a que la parroquia de la Magdalena se encontraba en pésimas condiciones. Milagrosamente, después de dar la rehabilitación por perdida, un grupo de vecinos del barrio se organizaron para recuperar la belleza que la parroquia actualmente atesora, volviendo a su hogar sus santas imágenes una vez instaurada la democracia.
También en 1985 la Cofradía de la Buena Muerte, que apenas sufrió daños en los años treinta, fue proclamada Hermandad Sacramental al hacerse cargo de la Cofradía Sacramental de la Iglesia de Santa María de la Santa Iglesia Catedral de Jaén gracias al inestimable trabajo realizado por Don Manuel Caballero Venzalá y Don Manuel Cañones Rodríguez, párroco de la Catedral y hermano mayor de la hermandad respectivamente, siendo la primera cofradía pasionista de Jaén en poseer esta distinción.
Desde entonces, como miembro congénito de la comisión organizadora del Corpus, se encarga del cuidado, montaje y dirección de la carroza del Santísimo para la procesión y la Octava, de la organización del pregón de exaltación de la celebración junto con su triduo sacramental en la Catedral, del engalanamiento de las fachadas interior y principal del templo catedralicio y del volteo de campanas en la víspera de la misma.
No corrió la misma suerte la Cofradía de la Expiración, que tuvo que partir de cero recuperando la imagen de Cristo que se encontraba escondida entre los muros de la Santa Iglesia Catedral. Al siguiente Martes Santo celebra su primera procesión cruzando la Puerta del Perdón de las naves catedralicias a los sones de la marcha real. Era la primera vez desde la caída de la monarquía en 1931 que ésta volvía a interpretarse en la capital. Desde entonces y hasta la actualidad, la hermandad ha ido recopilando un impresionante patrimonio cultural y literario además de recibir, mediante decreto, el título de Sacramental.
El Santísimo Cristo de las Misericordias, o Cristo de Bambú quizás por las cañas que poseía su antigua cruz o por las marcas de latigazos que representa la policromía de la misma, era venerado en la clausura del coro alto del Real Convento de Santa Clara. Sobre su origen existe la teoría de que pudo venir de América gracias a que un capitán giennense la envió a Jaén.
Su cofradía, popularmente conocida como la de los Estudiantes, fue fundada por un grupo de cristianos derivados de distintas parroquias de la ciudad. Todos ellos se reunieron en la parroquia de la Merced para fomentar el culto a sus imágenes titulares y para dar testimonio de fe y fraternidad cristianas “por medio de ejercicios de piedad espirituales y corporales, de la instrucción, de la plegaria y las obras de penitencia y misericordia”.
Su reunión fundacional se celebró un 16 de mayo de 1946 en San Bartolomé, quedando canónicamente erigida en dicha parroquia. Allí se estableció que su estación de penitencia habría de celebrarse en Lunes Santo desde el Real Monasterio de Santa Clara. Posteriormente, y hasta el año 1991, se decidió cambiar su sede canónica por el citado convento.
A partir de 1960, salió desde diferentes puntos de la ciudad, a saber; iglesia de la Merced, Santa Iglesia Catedral, iglesia parroquial de Nuestra Señora de Belén y San Roque, y en 1980, ya definitivamente, la parroquia de la Merced porque, al salir desde el barrio de Belén, en su regreso había que atravesar una carretera nacional, lo que impedía el recogimiento y la devoción pública que buscaba la hermandad.
Como imágenes titulares se eligieron al Santísimo Cristo de las Misericordias y a Nuestra Señora de las Lágrimas, anteriormente bajo la advocación de Nuestra Señora del Mayor Dolor y Esperanza mientras se encontraba en Córdoba desde 1939. Entre 1948 y 1975, esporádicamente, la cofradía incorporó una tercera imagen, María Magdalena. Ésta, finalmente, acabó formando parte de la Congregación del Santo Sepulcro.
Desde los años noventa, en pro de una convivencia plena en el seno de la iglesia de la Merced, la cofradía colaboró con la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María en su impresionante “actividad misionera, apostólica y evangelizadora puesta al servicio espiritual de Jaén”. La misma acabó su labor sacerdotal en el año 2001.
Si bien ya hubo intentos por formar una asociación que velara por los intereses de todas las cofradías y hermandades de la capital del Santo Reino, un 9 de junio de 1946 se constituye oficialmente la Agrupación de Cofradías bajo la presidencia de Don Esteban Tirado y el apoyo unánime de las siete cofradías de pasión existentes.
Tres años más tarde fueron aprobados sus estatutos. Desde entonces, ésta se ha encargado de la recaudación de fondos, de la propaganda y difusión de la semana mayor, del establecimiento de una carrera oficial, de la coordinación de horarios e itinerarios o de la ejecución de iniciativas o sugerencias, entre otras funciones.
Previamente, en marzo de 1926, Don Inocente Fe Jiménez y Don Manuel Ruiz de Córdoba ya intentaron constituir esta institución pero desistieron en ello. Cinco años más tarde, promovidos por el rechazo constante que la II república había promulgado en contra de la iglesia, se intentaron aunar esfuerzos creando la efímera Junta de Cofradías.
En los años cincuenta nacen nuevas cofradías en el seno de la iglesia de Cristo Rey, como las hermandades del Silencio y Amor, Perdón y Esperanza, y en la Basílica Menor de San Ildefonso, en este caso la Cofradía del Resucitado.
El 8 de junio de 1952 nació la Ilustre Cofradía de Jesús del Perdón y María Santísima de la Esperanza con sede canónica en la iglesia de Santa Isabel. Su primera salida procesional se realizó en la tarde del Domingo de Ramos desde San Ildefonso para marcharse, en 1956, a Cristo Rey. A partir de 1980 cambia el día de salida, pasando a formar parte del Miércoles Santo. En sus primeros años, la mayoría de sus enseres fueron donaciones de su junta de gobierno.
Gracias a la cofradía se liberaba un preso entre los años 1955 y 1974 coincidiendo con su paso por la antigua cárcel de Paseo de la Estación. En 1954 se crea el Cuerpo de Camareras de la dolorosa y en 1965 se incorpora la advocación del Santísimo Cristo del Amor. Un año antes nace el Real Cuerpo de Heraldos para escoltar a Jesús de Perdón y en 1981 se forma el grupo de costaleros que procesionarán a la imagen a hombros un año más tarde.
A mediados de los años ochenta la hermandad gozó de una gran salud con el aumento de jóvenes cofrades. Esto propició que se renovaran las imágenes del paso de misterio del Señor del Amor y que se construyera su fabricanía en el patio de la parroquia. Ya en 1990 todos los pasos son portados por costaleros y se funda tanto el grupo joven como el infantil.
Posterior a la renovación del canasto del paso del Cristo del Amor, la cofradía fue autorizada a llevar el título de Sacramental, creándose un grupo de adoración nocturna para adorar al Santísimo Sacramento. En los últimos años se concluyó el nuevo paso de palio y se abrió al público el centro de día para personas mayores Virgen de la Esperanza sito en la calle Millán de Priego.
También en 1952 se funda la Cofradía del Señor Resucitado de la mano de la Agrupación de Cofradías. Con esta procesión se buscaba completar un ciclo de Semana Santa, en principio realizando su salida procesional el Sábado Santo. En 1955 se incorporó a la misma una imagen de Nuestra Señora de la Victoria que sólo procesionó durante dos años. Su refundación se produjo en 1982 cuando un grupo de cofrades organiza la hermandad que conocemos hoy en día. Su bendita madre, sin palio, presentaba la excepción respecto a otras dolorosas de portar un manto de flores frescas cada año.
Por último, la Cofradía del Silencio comenzó su andadura en 1954 justo en el momento en el que un grupo de cofrades acordaron fundar una hermandad del Silencio al estilo de otras existentes por la geografía española. Su primera junta de gobierno se celebró un 15 de mayo de 1955 en la iglesia de San Clemente. La imagen titular elegida, cuya advocación primitiva era la de Santísimo Cristo de la Misericordia, data del siglo XVI. Algunos historiadores aseguran que dicha talla pudo formar parte de la extinta Cofradía de las Cinco Llagas. Lo que quedó constancia desde el primer momento es que a mediados del siglo XX la imagen necesitaba una profunda restauración.
En la cuaresma de 1957 la cofradía se trasladó a la iglesia de Cristo Rey, recibiendo culto los días 11, 12 y 13 de abril y celebrando su primera salida procesional en la noche del Miércoles Santo de ese mismo año.
Durante un largo periodo de tiempo, sus reglas establecían que el número de hermanos serían de hasta 250 hombres mayores de 18 años. Normas como esta pudieron provocar su extinción en los años setenta. En los nuevos estatutos redactados en octubre de 1986 suprimieron artículos tales como la prohibición a las mujeres a pertenecer como hermanas de pleno derecho o el límite de número de hermanos.
En esta nueva era para la cofradía se recuperó como culto principal el triduo del primer fin de semana de cuaresma y se decidió que la fiesta principal en honor al Santísimo Cristo de la Humildad se celebre el 14 de septiembre coincidiendo con el día de la fiesta de exaltación de la Santa Cruz. También comenzó a publicarse el boletín Humildad y Silencio y se incorporó el voto de silencio entre sus normas principales.
Otro hecho histórico sucedió el 27 de enero de 2012 cuando, al aprobarse los nuevos estatutos, se incorpora la advocación de María Santísima Madre de Dios como imagen titular de la hermandad. Un año más tarde, la Diócesis de Jaén aprueba la realización de la talla de la dolorosa, siendo ésta bendecida tiempo más tarde. En la Semana Santa de 2022 procesionará, si las condiciones climatológicas no lo impiden, siguiendo los pasos del hijo de Dios.