La fiesta más importante de la fe cristiana y de gran celebración es la resurrección de Cristo. Para ello, la iglesia se prepara los días previos en un ambiente de reflexión, conversión, oración y solidaridad con los más necesitados.
Esta preparación dura cuarenta días y se llama cuaresma, el número 40, que simboliza en la biblia el tiempo necesario para obtener algo importante. Así, por ejemplo, el diluvio purificó la tierra en 40 días, Moisés caminó con el pueblo de Israel durante 40 años y Jesucristo preparó su misión ayunando y haciendo oración en el desierto también durante 40 días.
Sin embargo, el tiempo no puede hacer lo que le corresponde al ser humano. Por eso, al inicio de la cuaresma se nos recuerda que la vida es limitada, pasajera y fugaz. Que un día nuestro cuerpo se convertirá en polvo y de nosotros permanecerán nuestras buenas obras. De este modo, al ponernos ceniza sobre nuestra cabeza, redescubrimos la importancia de no vivir sólo para lo material.
“Polvo eres y al polvo volverás”
Entonces, hacemos un alto en nuestra vida para hacer un balance de nuestras obras. La idea es reconocer lo que está mal para corregirlo y mejorar todo el bien que se pueda mejorar.
“¿Qué parte de tu vida está funcionando mal? ¿Cómo están tus relaciones? ¿Qué área estás descuidando o te estás alejando de lo correcto? ¿Estás mal en la salud, en la familia, en el área social? ¿Estás mal en tu trabajo o en el área profesional, en lo económico, en el área espiritual?”
Recuerda que solo con el equilibrio y la forma correcta de manejar estas áreas podrás ser feliz, amar correctamente y encontrar el éxito.
De la reflexión viene la conversión. Conversión significa cambiar de rumbo y regresar al camino correcto tal y como lo hizo el hijo prodigo. Y para encontrar el mejor camino es necesario estar conectado mediante la oración con aquel que conoce mejor hacia dónde es conveniente dirigir tus pasos.
Toda omisión o acción contraria al bien produce malos efectos. Nos daña o daña al prójimo. Por eso, la iglesia nos invita a no hacer el mal, a ser responsables y, cuando hemos hecho el mal, resarcir en lo posible los daños provocados. Cuando esto no es posible, la iglesia nos invita a hacer alguna penitencia relacionada con el mal que cometemos. Por ejemplo, si hemos obtenido el dinero de forma incorrecta como el robo o la usura, la penitencia consistirá en devolver ese dinero o utilizar ese bien para obras de misericordia.
El ayuno y la abstinencia no son cosas que nos cambien mágicamente. Nos ayuda a ser solidarios con los más necesitados ¿De qué forma? Antiguamente, por ejemplo, el pescado era el alimento más barato. Por eso, al comer los viernes en forma austera, las personas ahorraban algunas monedas que compartían con los más pobres. De igual manera, al ayunar, es decir, al tomar sólo una sola comida fuerte al día y dos ligeras, se podían ahorrar un poco en favor de los menesterosos.
Durante los viernes de cuaresma, se nos recuerda que Cristo murió por nosotros un viernes. El color morado simboliza que estamos en tiempos de arrepentimiento y reconversión. Durante la cuaresma, se suprime en la misa el canto de Gloria y el Aleluya. Estos volverán a entonarse cuando celebremos que el hijo de Dios ha resucitado y que nosotros hemos crecido espiritualmente durante estos días. La Pascua se celebra el primer domingo de luna llena de primavera para indicar que tanto la creación como el ser humano han renacido con Jesús.
El Promitente es una figura tan arraigada en nuestra Semana Santa porque son ellos los que cargan con el peso de llevar encima a la imagen más significativa de nuestra ciudad, la de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Para ellos no existe el dolor, el sufrimiento o el sacrificio. Es pasión, amor, devoción, por ser los pies que él necesita para librarnos del mal por las calles de Jaén, para llenar de bendiciones y amor los corazones de todo aquél que quiere sentir cerca la figura de Jesús el de los descalzos, el de aquel abuelo que lo hizo supuestamente, el que representa a toda una ciudad, la ciudad de Jaén.
Sigamos realizando este caminar desde este Miércoles de Ceniza hasta el próximo Viernes de Dolores descubriendo un poquito de la historia de nuestra semana de pasión, de su imaginería, de aspectos desconocidos de la misma, y de muchas cosas más en las próximas entregas dentro de El Promitente.