Afortunadamente la capital del Santo Reino cuenta con un inmenso historial de música cofrade que ha sido expresada, querida y admirada por todos aquellos que admiramos nuestra fe, nuestras creencias. Desde tiempos remotos han convivido con las hermandades diversas agrupaciones musicales, bandas de cornetas y tambores, bandas de música y bandas sinfónicas poniendo así sonidos de pasión a los cortejos procesionales de nuestra ciudad.
¿Quién no recuerda aún esas cucharillas y cucharones que servían para anunciar al vecindario el paso de la procesión? Los más pequeños crearon una letra que se hizo legendaria. “Cucharillas… Cucharones… Para los niños cagones”.
Quizás la primera banda de cornetas y tambores de nuestra ciudad fue la conocida como la de Los Romanos, que además llegó a tener una sección de caballería. La banda de cornetas y tambores de la Cruz Roja, al igual que otras agrupaciones musicales, interpretaba tan sólo marchas de estilo militar. La Aneja, en cambio, fue la primera que incorporó un instrumento distinto a la formación tradicional e incluyó, por supuesto, una sección de gaitas.
Nuestro Padre Jesús llegó a tener una su propia banda al más puro estilo de las anteriores, con la diferencia de que ésta pasó a ser una banda de música más. La de los Estudiantes procesionaba utilizando el traje de nazareno de la hermandad que con el tiempo la cambiaría por un jersey y una boina blanca.
Con la llegada de la democracia nació la banda de cornetas y tambores Yacente y Soledad, haciendo su primera salida procesional con la hermandad de la borriquita tan sólo con instrumentos de percusión.
Además de la Agrupación Musical María Magdalena, la congregación de la Vera-cruz y la hermandad de la Buena Muerte también crearon las suyas propias. En el caso de la primitiva cofradía, la suya propia nació de la extinta banda de la Virgen de la Capilla, mientras que la de la hermandad de los legionarios cesó su actividad a principios de este siglo después de publicar un CD titulado Buena Muerte años atrás.
Sin olvidarnos del cuarteto musical Regina Pacis, todos estos grupos musicales han ido desapareciendo con el paso del tiempo, siendo otro tipo de agrupaciones los que se encargan de interpretar esas marchas que embellecen el discurrir de las imágenes, como el trio de capilla Santo Reino, que recientemente ha presentado su trabajo discográfico titulado Iuxta Crucem.
Si bien hasta bien entrado el siglo XIX no existía en nuestra ciudad alguna que otra banda de música, en 1901 la casa consistorial local decide crear la distinguida Banda Municipal de Música de Jaén bajo la dirección de don Rafael de la Torre Brieva. Su presentación tuvo lugar un 15 de agosto en la Plaza de Santa María. Cuatro años más tarde, don Rafael fue destituido para volver a ocupar su puesto en 1911. Una etapa próspera en la que, según algunos, se colocaron los cimientos de la banda municipal que conocemos hoy en día.
Entre 1905 y 1911, don Manuel López Fernández dirigió al grupo con muchísimas dificultades, puesto que logró obtener la oposición frontal de los músicos por sus prácticas profesionales.
En 1932, don Emilio Cebrián Ruiz se hace, vía oposición, con la dirección de la banda municipal. Durante ese año, tanto el compositor como Don Federico Mendizábal se reunieron en la residencia del primero para componer un canto que ensalzara la belleza de las pastiras y el paisaje de la ciudad. Nació, un seis de octubre de 1932, el importante Canto a Jaén.
Tras su estreno en el desaparecido Teatro Cervantes trece días más tarde, la crítica fue tan abrumadoramente favorable que la corporación municipal aceptó, un treinta y uno de mayo de 1935, convertirla oficialmente en el Himno de Jaén. La partitura original se encuentra depositada en el Palacio Municipal de la ciudad. Como anécdota, algunos de sus compases también se incluyeron en la marcha Nuestro Padre Jesús.
En otro orden de cosas, allá por la primavera de 1996 se funda en la cofradía de la Estrella la agrupación musical del mismo nombre. Desde hace más de veinticinco años, ha estado presente en diversas Semanas Santas de Andalucía, Castilla la Mancha, Castilla y León, Murcia y Ceuta.
Un año antes, en septiembre de 1995, comenzó a dar forma la idea de crear una banda de cornetas y tambores para la cofradía de la Expiración. Sus primeros ensayos fueron llevados a cabo por una veintena de componentes de entre doce y dieciséis años. Esta primera etapa fue muy breve, puesto que en enero de 1997 desaparece como tal.
Ya en agosto de ese mismo año se volvieron a celebrar reuniones con diversas personalidades elegidos para reorganizar la banda, iniciándose los ensayos de la misma al estilo de Policía Armada. La agrupación fue presentada en el antiguo casino de artesanos un 27 de febrero del siguiente año. Como curiosidad, es la primera banda de su estilo que existe en la ciudad con un total de ochenta componentes dirigidos todos ellos por don José Luis Torres Martínez.
Su discografía cuenta con dos excelentes trabajos. El primero de ellos, Agnus Dei, fue publicado en 2005, mientras que Una Mirada al Cielo lo hizo siete años más tarde.
En enero de 1998, un grupo de personas deciden entrar en la por entonces conocida como pro-hermandad de la Amargura para crear una agrupación musical “para engrandecer la música procesional de nuestra ciudad y acompañar al Señor de la Pasión Despojado de sus Vestiduras”, como así ocurrió en el año 2000, aunque su presentación oficial sucedió en marzo del año anterior.
En la actualidad, la hermandad de la Amargura cuenta en su haber con dos bandas, la agrupación musical Jesús Despojado y la banda de música Nuestra Señora de la Amargura. Su propio repertorio musical hace que la dolorosa de la cofradía sea la tercera virgen que más marchas tiene dedicadas de toda Andalucía.
Aunque fue fundada en la parroquia salesiana de San Juan Bosco, del barrio de El Valle, la agrupación musical María Auxiliadora pasó a ser una filial de la agrupación musical Jesús Despojado, en un primer momento manteniendo costumbres y actividades independientes. De este modo, durante un tiempo, se mantuvo en la misma “el corte clásico, con arreglos de grandes compositores, y se tomó protagonismo en su repertorio a los cantos litúrgicos”.
Centrados ya en el siglo XXI, nació la Banda de Música Reina de la Amargura, siendo su presentación oficial en 2004 en la Universidad Popular de Jaén. Un año más tarde, sus estatutos son modificados para que ésta tomara la denominación de asociación juvenil Sociedad Filarmónica de Jaén.
Entre 2010 y 2014, ésta vive una actividad frenética llena de cambios en el seno de la misma. En 2010 presenta su primer trabajo titulado Soberana y Jaenera. Junto a este acontecimiento, se acuerda celebrar ininterrumpidamente conciertos extraordinarios en honor a Santa Cecilia y en navidad. En 2013, en pleno décimo aniversario, se inaugura su nueva sede social radicada en la céntrica calle Maestra, la cual presenta unas instalaciones idóneas para realizar sus ensayos pertinentes y para albergar el denominado Taller de la banda de música. Por último, en 2014, presenta un nuevo proyecto musical, en este caso con el nombre de X Aniversario.
La banda sinfónica Ciudad de Jaén ha pretendido, desde su creación en 2007, “dar cabida a todo aquel músico que buscara un espacio en el que poder plasmar sus conocimientos en unión de otras personas con sus mismas inquietudes y fuera del ámbito estudiantil, fomentando así el trabajo en grupo y la conjunción musical”.
Por último, no podemos olvidarnos de la banda de música Blanco Nájera. Creada en el colegio Divino Maestro en el curso 2007-2008, este grupo musical realiza multitud de actividades a lo largo del año. Pasacalles, cabalgatas, conciertos didácticos y sinfónicos, gira musical gallega, procesiones de Semana Santa…
Un 24 de noviembre de 2020, en la sede de la Sociedad Filarmónica de Jaén, representantes de distintas agrupaciones musicales de la capital del Santo Reino se reúnen para editar, y posteriormente aprobar, los primeros estatutos de la que en la actualidad se conoce como Consejo de Bandas Ciudad de Jaén, con el fin de unir en un mismo organismo a todas las formaciones musicales de la ciudad. Las únicas que no han querido participar en este ambicioso proyecto han sido las agrupaciones musicales ligadas a la hermandad de la Amargura, y la Banda Municipal de Jaén, por ser ésta última una agrupación musical pública.
La saeta
Hablar de saeta es hablar de una oración cantada que los franciscanos expandieron por Andalucía durante la cristianización que se realizó en nuestras tierras allá por la Edad Media para llevarlas a cabo durante las celebraciones del vía crucis. También como penitencia impuesta por la inquisición a los conversos al catolicismo, éstos últimos tenían que cantarles a las imágenes durante las procesiones con mucho sentimiento. Desde esa época, el cante de la saeta se ha perfeccionado con un estilo de cante más serio, profundo y desgarrador.
“La saeta de Jaén y provincia es la que en su melodía expresa todo el sentimiento de tristeza honda, dolorosa ante la pasión del Salvador, en la que vibran por igual la piedad ingenua del alma popular y la hondura de unos sentimientos religiosos en los que se hermana y confunden lo humano con lo divino”.
Personajes ilustres
Sin duda, uno de los personajes más importantes del entorno musical jiennense es don Emilio Cebrián Ruiz. Este músico dejó una enorme huella en la Capital del Santo Reino al ser director de la Banda Municipal de Jaén y al crear las composiciones musicales "Himno a Jaén" y "Nuestro Padre Jesús". Nació en Toledo el 30 de julio del año 1900 en la Mezquita del Cristo de la Luz, monumento del que sus abuelos eran conserjes.
En 1915 ingresó en la Unidad de Música de la Academia de Infantería de Toledo y, al año siguiente, ocupó plaza de clarinete segundo en la Orquesta del Teatro Rojas, de la que al poco sería nombrado subdirector. A su frente de banderas le demostró el gran talento artístico del que estaba dotado.
Completó sus estudios musicales en Madrid con Emilio Vega, director de la banda de Alabarderos, quien le propuso ingresar como subdirector en la banda de la Guardia Civil, ofrecimiento al que rehusó. Hasta su nombramiento como director de la banda Municipal de Jaén en 1932 dirigió en Toledo los coros del colegio de huérfanos militares María Cristina y la banda de La Lira.
En Talavera de la Reina reorganizó la banda municipal con la que obtuvo en Toledo el primer premio de bandas civiles. Al frente de la banda municipal de Jaén hizo que esta estuviera entre las mejores bandas de España. En 1933 mostró interés por participar en la oposición convocada para cubrir el puesto de director de la banda municipal de Sevilla, a lo que renunció tras conocer la intención de la Asociación Nacional de Directores de impugnar la convocatoria.
En 1935 dedicó Nuestro Padre Jesús, su obra cumbre en el género de la música procesional, a Nuestro Padre Jesús Nazareno El Abuelo, aunque la hermandad malagueña del paso del Nazareno quiso apropiarse de su dedicatoria. La hermosa composición incluye como contrapunto en su trío final un fragmento del Himno a Jaén, cuya autoría corresponde también al propio Emilio Cebrián.
Las restantes marchas que compuso fueron: Cristo de la Sangre (imagen del municipio toledano de Torrijos), Macarena (Esperanza Macarena de Sevilla), Jesús Preso de Jaén y María, marcha cuya existencia se conoce por medio de su hermano Francisco. La fuerte atracción que sobre él ejercía Sevilla le impulsó a dedicarle la bella pieza de guitarra Recuerdo a Sevilla, que estrenó el afamado guitarrista flamenco Niño Ricardo.
Su muerte, señalada por un suceso dramático, le sorprendió en Liria, un municipio de Valencia, el 3 de octubre de 1943, donde su hermano Francisco conducía la banda primitiva en el que ambos tenían que dirigirla. La lluvia obligó a trasladar un concierto que se celebraba ese día a un local cubierto, con tan mala fortuna que, poco antes del comienzo, se asomó don Emilio Cebrián a un balcón que carecía de balaustrada y cayó al exterior golpeándose en la cabeza con el borde de la acequia que rodeaba al edificio, falleciendo al instante. La conmoción que el suceso causó en el pueblo fue irrepetible. Allí fue enterrado hasta que, años después, sus restos fueron inhumados en su Toledo natal.
Don Manuel Vílchez Martínez, director de la Banda Municipal en los años ochenta, fue la persona que impulsó la renovación de casi todo el instrumental del que disponía. Construyó un templete para los tradicionales conciertos en el parque de la Victoria, refundó la Escuela Municipal de Educandos, introdujo la banda municipal en la provincia e hizo que la banda estuviera presente en diversos actos sociales y culturales de la ciudad.
Durante su época se aumenta la producción creativa del grupo con diversas composiciones suyas y se crea la Coral Municipal y la Escuela Municipal de Canto. Entre su legado podemos disfrutar de las marchas Hombres de Trono, Soledad del Viernes Santo, Amargura Madre de la Iglesia y María Santísima Madre de Dios.
Durante prácticamente toda la dictadura franquista fue director de la banda municipal Don José Sapena Matarredona. Autor de varias obras tales como Cortejo Blanco, El Descendimiento, Virgen de los Dolores e Himno a Santa Catalina, creó un buen número de composiciones musicales, realizó arreglos para bandas de obras orquestales y fundó el orfeón Santo Reino además del Conservatorio de Música de Jaén.
Don José Cuadrado Pérez coincidió con nuestro anterior protagonista como profesor de la banda municipal de Jaén. Cuando se jubiló, se encargó de liderar la Rondalla y el coro del hogar del pensionista número 2, componiendo además pasodobles, himnos y una fantasía en cuatro tiempos. Gracias a él podemos disfrutar de marchas tales como Cristo de la Misericordia, Cristo de la Expiración, Nuestro Padre Jesús de la Piedad y Virgen de la Estrella y Entrada de Jesús en Jerusalén.
Por último, a Don Carlos Cerveró Alemany, natural de Valencia, le debemos marchas dedicadas exclusivamente a la Semana Santa jiennense tales como Pobre Madre ¿está llorando? (dedicada a la cofradía de la Soledad), Perdón, Amor y Esperanza (dedicada a la cofradía del mismo nombre) y Anderos de la Buena Muerte, Buena Muerte, Estación de Penitencia y Angustias Madre (dedicada a la cofradía de la Buena Muerte).